La semana pasada publiqué la primera parte de una investigación realizada sobre el extraño caso de las "monjitas" de Berisso ocurrido a mediados de 1990, y hoy dejo la segunda parte:
Lugar: Barrio SUPE, Berisso, Buenos Aires, Argentina.
Fecha: Entre el 31 de agosto y el 22 de septiembre de 1990
Testigo: Leonardo Olivera y Luis Furlano
Edad: Olivera 22 (al momento de los hechos)
* La investigación
Llegamos a Leonardo gracias a la colaboración de Luis Javier Mango (Poli) -a quien entrevistamos anteriormente (ver Caso Supe parte I)- ya que mantienen una amistad de muchos años y este le consultó previamente a Leonardo para facilitarnos su teléfono. Accedió sin problemas a la entrevista aunque le provoca aún hoy un estado de nerviosismo recordar los sucesos.
Para dar con el tercer testigo, Luis Furlano alcanzó con caminar las calles del Barrio YPF (antes SUPE) de Berisso y preguntar a algunos vecinos que ya estaban viviendo allí por esas épocas por un señor que dio su testimonio a algunos medios periodísticos y que resultaba para muchos más confiable que los jóvenes Mango y Olivera.
Así fue que nos constituimos alrededor de las 15 hs. en el lugar de los hechos a fin de realizar una evaluación visual y con la Revista Flash en manos, nos dirigimos hacia el videoclub ubicado en la esquina de las calles 152 N y 10, junto al cual reside otro de los supuestos testigos. Ya en el lugar pudimos conversar con Adriana quien nos informó que ni ella, ni nadie de su familia, jamás habían visto a las entidades en cuestión y menos aún, que hayan dado una descripción de las mismas. En cuanto a lo publicado en la Revista nos manifestó que era “mentira”. Sin perjuicio de ello, nos refirió que a solo dos cuadras de allí, reside el Sr. Furlano, quien efectivamente tuvo ocasión de verlas, junto con Poli y Leo, todos conocidos del barrio.
Nos dirigimos entonces a la casa del Sr. Furlano, siendo atendidos por su esposa que nos refirió que el requerido se encontraba trabajando, y que tal vez podría acceder a una entrevista después de las 20 hs., horario en que regresaba de sus ocupaciones.
Entonces, nos dirigimos hacia el centro de Berisso, donde nos encontramos con Leonardo Olivera.
* Transcripción de la entrevista:
Entrevista realizada a Leonardo Olivera por los investigadores Mariela Verónica De Tomaso y Miguel Ángel Gómez Pombo, integrantes del Proyecto CATENT, el día 31 de mayo de 2002, 16 horas en el Patio Cívico de Berisso:
Bueno, yo me acuerdo patente de todo. Te hablo de los bichitos estos que para nosotros eran monjitas. Eran tipo 4 de la mañana, y bueno, Poli (Luis Javier Mango) que era mi amigo, me viene a buscar acá al Puente Roma, que queda acá en Berisso. Yo me iba a trabajar. Viene y me dice: “Veníte a ver lo que hay en el barrio, hay unas cositas raras pero son muy chiquititas, para mí son disfrazados, pero son muy chiquititos, tipo enanitos”. Bueno, vamos le digo... Él se va en la moto mía y yo me voy en el auto de él. Esto pasó en (la intersección de las calles) Puerto y Nápoles, que hoy día sería 152 norte esquina 9, justo hay unas cunetas en esta esquina. Yo vengo por la calle 8 doblo a la izquierda a 152 norte, no había amanecido todavía estaba de noche, y justo en la esquina de la cuadra, en la unión del cruce de la calle había... estaba la cosita esta parada, yo lo vi de atrás, cuando lo vi prendo todas las luces del auto y lo encandilo para ver qué era y en ningún momento atiné ni a frenar ni a nada, si se corría se corría, si no se corría lo lamentaba por ellos porque no era una cosa normal, era muy chiquitito, tendría 1,10 ó 1,20 m como mucho, la parte de atrás tenía la parte de acá arriba (señalando a la altura de la cabeza) como una punta y no tenía forma de nada, era una cosa como recta que bajaba, no sé si era marrón, era un color oscuro, marrón, negra, violeta oscuro, una cosa así... y en la parte del cordón de la vereda había otro. Cuando yo iba... faltando diez metros para llegar a la esquina, teóricamente estaba de espaldas, para mí el que estaba en el medio se va caminando tipo pingüinito para donde estaba el otro bichito este. Ahora, a medida que iba caminando yo paso con el auto y lo voy mirando así... y lo que vi es eso, eran dos cositas chiquititas, con forma así de punta en la cabeza y algo brilloso en el pecho, como si fuesen escamas, es decir se lo veo al que estaba parado, al que estaba en el cordón, tipo escamas, una cosa así, era algo que le brillaba...
¿Y qué color era el brillo, te acordás?
No, era algo como... viste... digamos... como si fuese petróleo, una cosa así, el petróleo en un palo, brilloso, es decir, no era algo con colores verde, rojo, amarillo... era un brillo, pero un brillo sobre algo negro y tampoco como que tenía perlitas ni nada de eso viste... es decir algo... como si fuese algo raro que tenía acá (señalando a la altura del pecho), tipo así escamas eran. Yo sigo, bueno veo esas cosas, me asusté mucho, me agarró un escalofrío, una cosa media... mucho miedo me agarró. Llego a la esquina de (la calle) 10 que es donde estaba... ahí a la vuelta vive Poli y me dice: “¿Los viste?” Sí, le digo, metéte adentro, mañana hablamos porque no puedo creer lo que acabamos de ver. Bueno, pego toda la vuelta, agarro la (calle) 152, paso por 9, llego a 8 y agarro 8 vuelvo, cuando vuelvo lo veo a Furlano que viene caminando, viene caminando medio apurado, llego hasta la esquina de 151, pego la vuelta para hablar con Furlano, para verlo porque yo lo conocía de ahí del barrio y justo él se toma el colectivo, venía corriendo porque se ve que había escuchado el colectivo. Se subió al colectivo y se fue. Eso es lo que vi.
Vos me decís que antes de llegar ahí te encontraste con Luis (Poli) porque él había visto algo raro. ¿Cómo es que vos llegás ahí? ¿Él los había visto antes?
No, no... sí, él los había visto antes, es decir, nosotros hicimos un intercambio de vehículo, yo tenía una moto, él tenía un auto, él me dejó el auto porque iba a llover, estaba por llover y bueno, él se fue a la casa y yo me fui acá, al Puente Roma, a esperar que abra un kiosco para comprar el diario. Eran tipo cinco de la mañana.
¿Vos te ibas para el trabajo?
Yo me iba para el trabajo.
¿Dónde trabajabas?
Trabajo en YPF (compañía petrolera), todavía trabajo en YPF. Inclusive lo comenté en el trabajo cuando llegué, y bueno, nadie me creía, fue un desastre te digo. No perdí noción del tiempo porque después se me acercó gente, gente que se dedica a esto, que le gusta esto y me preguntaron si había perdido noción del tiempo, no, no perdí noción del tiempo en ningún momento porque yo entraba a trabajar a las 5,30 hs. y 5,30 hs. entré a trabajar. Bueno, Poli viene y me avisa a mí que había algo raro en el barrio, unas cositas medias raras, disfrazados pero no sabía qué eran porque nunca lo vi y fue por eso que fui hasta allá.
¿Qué sentiste cuándo venías manejando y viste eso?
Incertidumbre porque no tenía ni idea qué era. No sabía ni qué era. No se asemejaba a nada normal diría.
¿Un chico o algo así bajito disfrazado?
Un chico... sí, sí pero si era un chico, era un chico de seis años por decirte una estatura
¿¡Y a las cuatro de la mañana!? Claro...
Sí, sí, 4 hs., 4,30 hs. o 4,45 hs.
¿Estaba muy oscuro? ¿Te acordás la fecha?
Mirá, era tipo, no sé si era junio o julio, más o menos a esa altura fue.
¿Hacía frío?
Sí, hacía frío.
¿O sea que estaba bien oscuro?
Estaba bien oscuro. Un dato, un dato que después con el correr de los días todos nos dimos cuenta. El barrio tenía un perro, un perro de barrio, había un animal, un perrito, que todo el mundo le daba de comer, entonces se quedaba en el barrio. Ese perro conocía al barrio solamente, pasaba alguien de otro lugar y el perro hasta que no se iba de la cuadra, no dejaba de ladrar. Ese día el perro no lo vi yo, no lo vio nadie, nadie lo escuchó ladrar, a la hora que vimos nosotros a esas cosas. El perro estaba al otro día, pero fue algo raro porque el perro ese siempre estaba en esa esquina, dormía ahí en la vereda, fue un dato que después que pasó todo “¿Che, qué raro el perro que no ladró, no?” (se preguntaban los testigos).
¿Y eran dos?
Yo vi dos.
¿Estaban quietos y uno caminó?
Había uno quieto en la esquina, parado en el cordón de la vereda y el otro justo en el medio de la calle, que fue caminando.
¿Caminando?
Caminando, sí.
¿Los pies, cómo eran?
No, no, yo te digo... Yo vi una cosa de atrás.
¿Lo podrías dibujar?
Sí, más o menos (dibuja). Sí, lo veía de atrás, no le veía ni los pies ni nada.
¿No veías ningún detalle?
No, el que estaba parado sí que lo alcanzo a ver de frente, tenía unas cosas así (dibuja)
¿A qué altura?
A la altura del pecho. Claro, cuando paso a éste lo veo bien de espalda, lo veo siempre de espalda hasta que llega al cordón y al que está en la esquina me llama la atención la parte del brillo, por eso no le miro más abajo, me llamó la atención eso que era una cosa que brillaba.
¿Una luz era (el brillo)?
No una luz, sino una...
¿Había alumbrado público en esa esquina?
Sí, sí, pero ya te digo, te digo más, cuando yo lo veo acá, al pecho, después me hago la pregunta de que la cara no le vi, entendés, no le vi la parte de la pera, los ojos, la nariz, no se me llamó la atención directamente la parte del pecho.
¿Llegaste a ver esta forma en el que estaba de frente? (señalándole el dibujo de la entidad)
Me llamó la atención el pecho nada más. Eran unos cosos medio así, ensamblados, no sé qué eran, como una goma negra, una cosa así (hablando del pecho de la entidad).
¿Y a qué velocidad habrás pasado con el auto?
Y yo calculo que... tenía mucho miedo, iba muy rápido, te lo juro que si no se corría...
¿Lo pisabas?
Acá, se los traigo acá (haciendo un gesto como tirándolo sobre la mesa).
Cuando vos doblaste lo viste ahí adelante, ¿ahí fue cuando aceleraste?
Claro, cuando yo voy...
¿Te dio miedo al verlos o ya venías con miedo?
No, yo venía derecho, doblo en 152, a la altura de mi casa, veo en la mitad, faltando 30 m para llegar a la esquina, ahí es cuando prendo... el auto de Poli era deportivo, tenía unos faroles de yodo, le prendí todo.
¿Qué auto era?
Un fitito (Fiat 600). Le prendí todas las luces, lo maté con la luz pienso yo, y bueno, faltando 20 m ya el cosito este empieza como a caminar.
¿Cuándo lo iluminaste así se movió?
Claro porque él teóricamente no me ve a mí, habrá escuchado el ruido, la luz se ve que lo llevó a moverse.
¿Y ahí acelerás?
Y ahí acelero, es decir, en ningún momento bajé la marcha, fui un poquito más fuerte, calculo que a 40 o 50 km/h tal vez menos. Te digo, yo miré no fue que detalladamente, por eso te digo.
¿Y cuando pasás no lo pisás porque se corre caminando?
Así es, claro.
¿Iba despacio?
No sé, caminó, caminó, calculo que tiene tiempo de ir caminando si me ve a 20 m.
¿Qué sensación te dio, que se asustó?
No, que vio que venía algo y por eso se corrió. Que hasta el día de hoy lamento no haber tenido las agallas necesarias para parar y decir “¿Loco... qué hacés acá?”. Todo el mundo me dijo lo mismo, pero en ese momento yo lo único que quería era irme. Te digo más, fui a buscar a un compañero de trabajo, lo fui a buscar a la casa, para invitarlo a ver lo que hay en el barrio, bueno, cuando yo vuelvo no estaban más.
¿Cuánto habrás tardado?
Unos 20 minutos. Primero paso por lo de Poli, pego la vuelta, lo veo a Furlano, voy a buscar al pibe este que vive a tres cuadras y cuando vuelvo ya no estaban.
¿Ahí recorriste de nuevo, te animaste a pasar?
Claro, con alguien. Te digo, después quedé medio tocado (alterado).
¿Sí?
Si, porque...
¿Poli tampoco quería volver?
No, él se fue a vivir a la casa de la abuela, estuvo un par de días ahí porque fue algo muy duro para nosotros. Me dio impresión. Te digo más, cuando me pongo a hablar de esto, cuando me preguntan porque acá en Berisso nos conocen por eso “los que vimos las monjitas” y bueno, te digo más, días después el barrio se llenaba de gente, todo el mundo quería ver las monjitas porque salió en Nuevediario (noticiero de TV) y en todos los diarios en todos lados.
¿Se volvió a ver algo de esto?
Mirá, hubo gente que dice que los vio, no los conozco, no sé, yo te puedo asegurar que Poli, Furlano y yo los vimos. Yo pienso que Furlano que pasa caminando creo que él te dará el dato preciso de todo, o una de dos, o hizo la mía, los vio y salió (gesto de escapar) o no sé, por ahí...
¿Y Furlano pasó por la esquina?
Bueno, cuando él pasa, cuando él después... Cuando yo vuelvo del trabajo les cuento a mis viejos, mis viejos en esa época tenían un kiosco y cuento, eran los únicos que me podían creer realmente, los demás lo tomaban todo como verso. Entonces mi papá después lo para a Furlano cuando venía del trabajo y le dice: “El pibe mío me contó que algo raro vio esta mañana, ¿puede ser?”. A lo que le Furlano le respondió: “Sí, pero el pibe tuyo no, yo vi al auto de Poli”. Y mi padre le dice: “No, no, pero iba Leo, Leo iba en auto de Poli” y Furlano le dice: “Bueno, creéle que es verdad, yo pasé caminando te lo juro que no sé qué era, pero salí corriendo”. Muchos detalles no dio.
¿Y hoy qué pensás que pudo haber sido?
Seres extraterrestres que vienen acá, a la Tierra a estudiarnos como nosotros le interesamos a ellos, ellos nos interesan a nosotros, ¿no?
¿Y por qué motivo podían estar ahí en el barrio en ese lugar específico?
No sé, yo calculo, mirá... hay muchas... después que pasó esto, uno, después cuando ve algo de los extraterrestres viste, qué sé yo, lo leo, no es que me interesa profundamente pero por ahí si sale algo en el diario me llama la atención y lo leo. Yo calculo que por ahí, por la zona, en esa época estaba muy despoblado el barrio, lo que es... no sé si ustedes estuvieron en el barrio...
Sí, estuvimos hace un rato por ahí.
Bueno, de la calle que es 152 y 9, vieron que hay como un barrio todo nuevo, el hecho fue en 9 y 152 norte. En 9 y 152 toda esa zona era descampado antes.
¿Para el lado de La Plata?
Para el lado de La Plata, como cuatro cuadras descampadas.
Ajá, cambia la perspectiva...
Claro, yo calculo que si ellos han venido en algo o hayan descendido en algún lugar fue en esa zona o también en la zona del canal.
¿Había casas del otro lado?
Sí, sí, había casas, pero una de las opciones, de venir en algo que pueden haber bajado ahí.
¿Te acordás si se habían visto ovnis o luces extrañas por esas fechas?
No, no. Te digo más, no sé quién fue la persona, había venido una gente de Córdoba a vernos, que me llamó mucho la atención, el tipo este vino, quería hablar conmigo por este motivo así como vinieron ustedes y bueno le comenté lo mismo que les estoy comentando a ustedes y me mostró, abrió un manual y un libro así y tenía algo similar a lo que yo había visto, más clarificada la cosa como que era extraterrestre.
¿Era muy parecido a lo que habías visto?
Era muy parecido, es decir la parte de atrás ya te digo, era igual, la parte de adelante no, no porque ya te digo la parte del pecho le vi y me quedó.
¿Y los ojos cómo eran, el pelo?
No, no, no, no veo nada, de eso no veo nada, no se le ve, no aprecié nada.
Teníamos un artículo de la Revista Flash mediante el cuál los ubicamos. ¿Estuvo Luis Burgos con vos?
No me acuerdo.
Estuvimos con Adriana, del video club pero ella dice que no vio nada (el artículo de la Revista Flash la mencionaba como testigo directo de las entidades)
No, no vio. La esquina donde los veo no es la que se ve en la revista, la esquina es viniendo desde 8 antes de cruzar. Estaba parado cerca de la columna de alumbrado. Furlano cuando las ve, las ve sobre este lado (señala 9 hacia 152), te digo más, después dijeron que era algo de magia negra, había alguien que practicaba magia negra en esa casita alpina, pero no, no.
¿Y hoy cuando tenés que hablar de eso...?
Tengo las manos heladas.
Te veo un poco nervioso también...
No, no y no sé si me puedo tomar el café...
¿En serio?
No, no, te lo juro, te juro que me agarra pánico, no sé por qué. (Refiere esto mientras observábamos que le temblaban las manos)
¿Dónde vivís ahora, seguís viviendo ahí?
No, me casé en el año 1992 y vivo en Ensenada y en Ensenada cuando yo me iba caminando desde Ensenada hasta YPF una vez me pasó que salgo de mi casa, hago dos cuadras y sobre un paredón un chico de 8 o 9 años ¡cuatro y media de la mañana! “Hola” me dice... hola, le dije, y seguí caminando. No sé, a mí sólo me pasan esas cosas.
¿A esa hora?
Y no sé, qué sé yo, yo ya venía con un pánico y hoy mismo, te digo, agarro una madrugada solo y parezco una lechuza, doy vuelta la cabeza para todos lados.
¿Qué pensaste, que te podían hacer algo, que te podían lastimar... por qué el miedo?
No sé por qué el miedo. Miedo, no sé si es miedo, pero impresión más que nada.
¿No te gustaría encontrarte con esto de nuevo?
Sí, con otro flaco más al lado me animo a verlos, pero solo no, solo no. Por ahí yo que sé, cuando nos ponemos a hablar y me hacen contar, te pide la gente que le cuentes... pero hay mucha gente que no te cree, pero hay mucha gente que dice que le interesa. Me agarran escalofríos te digo... Tengo las manos frías, heladas...
¿No escuchaste ruidos?
No, nada más, no escuché nada. Después bueno, por ahí si tienen la suerte de que Furlano pueda contarles, creo que él va a ser más... él pasó caminando y ruido... porque después se dijo que se le escuchaba tipo villancico, que cantaban, pero no sé, viste...
¿Eran comentarios?
Se le agregan muchas cosas que realmente no sé, yo te digo lo que yo vi, lo que yo vi y lo puedo asegurar.
Lo tenés muy presente por lo que veo, además...
No, si, si, lo tengo muy presente, ya te digo, quedé impresionado.
¿Y cuando charlás con Poli, se ponen de acuerdo en lo que vieron, en los detalles, o vieron cosas diferentes?
Bueno, cuando con Poli, por ahí cuando hablamos... es decir, no recuerdo haber hablado directamente sobre esto...
Mirá vos...
En serio, pero por ahí quedó. Cuando ustedes lo llamaron por teléfono me dice: “Che, sabés que me llamaron el otro día por el tema de las monjitas, yo les voy a dar tú número”. Sí, no hay problema le dije si era para colaborar, si a alguien le sirve. Esto es mi historia, pero nunca, sabés... ahora me estoy dando cuenta de eso (refiriéndose al hecho de que nunca habló directamente sobre este tema con el amigo).
Notamos que la gente es algo reticente a hablar cuando se trata de que vieron seres o de cosas tan extrañas a este nivel...
Lo que pasa que por ahí, pienso yo, muy poca gente te cree, por ahí ustedes porque les interesa y porque se dedican a esto, pero te lo hacen contar en otro lado y te dicen que estabas borracho.
¿La gente tendrá miedo a aceptarlo o a asustarse?
No sé, tal vez es parte de eso. Y bueno, como ves, yo no puedo tomar el café, lo vuelco (le sigue temblando la mano con la que sostiene la taza y le cuesta llevarla a la boca sin derramar el líquido). Yo quedé sorprendido, con miedo, fue algo raro.
¿Te empezaste a interesar por estos temas? ¿Antes le dabas importancia a estos temas?
No, no, no le daba importancia.
¿Qué edad tenías en ese momento?
Y fue en el año 1990... y 21 o 22 años...
¿A partir de ahí sí?
Ya te digo, por ahí si veo recortes o en la TV sale algo, ahora que tenemos cable, por ahí hay canales que se dedican a esto o cosas raras... por ahí miro, me gusta escucharlo, verlo o leerlo... para saber si alguien más lo vio esto en algún lado o solamente a nosotros... Después que pasó todo esto, el tipo que vino de Córdoba nos comentó de que en Chile habían aparecido, a un trabajador de campo que iba en un tractor y se le cruzó algo similar a lo que vimos nosotros.
En España puede ser. ¿A qué hora fue entonces?
Calculamos que entre las cuatro y media y las cinco de la mañana.
¿Vos te habías encontrado de casualidad con Poli?
No, no, ya veníamos, habíamos salido ese día, yo me iba para el trabajo y el se iba para la casa.
¿Venían de bailar?
Si, de un boliche, de tomar algo, pero veníamos de La Plata.
¿Estaban borrachos?
No, no, no, dalo por hecho, te juro que no. Ahí hicimos el intercambio de moto por auto sobre la calle Génova, yo sigo derecho y él entra al barrio.
¿Te ibas directo al laburo?
Si, me encontró porque yo le dije que me iba hasta el Kiosco a comprar el diario. Cuando lo veo que viene, no me resultó extraño sino que pensaba que me iba a decir algo por los papeles de la moto, la llave...alguna...pero cuando me dijo que había algo en el barrio, unas cositas disfrazadas...yo sí que...como el es muy mentiroso, muy mentiroso...
¿No le creíste?
No, no, fui a ver.
¿Él cómo estaba?
Bueno él, mirá, estaba muy asustado, inclusive el no agarra 152 norte cuando va a la casa, agarra 153, es decir, 8, 153 y llega a 10 en la casa, no pasa por la esquina. Yo agarro 8, 152 norte y llego hasta 10.
El nos contó y nos hizo el planito y nos explicó que no quiso pasar tan cerca. Lo que no nos comentó es que te había encontrado a vos.
Yo había blanqueado todo.
¿Y él?
Si, si, algo de la novia que vivía por ahí. El había salido fuera de regla.
Aja, entendemos porque se perdía el relato un poco.
Si, teóricamente no nos teníamos que ver ese día.
Entonces, ¿se puede contar la versión original?
Si, la versión original podés. Salió conmigo de trampa.
(Nos explica el recorrido suyo en el plano dibujado por Poli y aclara que algunas de las calles cambiaron el sentido de circulación).
El las ve a la altura de 153 (por Poli), por la casa de la novia más o menos.
¿A Poli lo ves dos veces?
Sí, en Puente Roma y en la puerta de la casa después. Yo no le creía mucho a él pero fui a ver...fue algo viste...
¿Nunca más supiste si vieron algo así?
Después sí, hubo elucubraciones de que en otro lugar, en la Usina de Ensenada que está abandonada hoy por hoy. No supe quienes pero decían que las vieron. Inclusive se decía...hay una madre y una hija acá en Bersisso que son chiquititas, petisitas, aparte las ves y andan iguales...decían que habían sido ellas...pero no eran, más chiquitos eran, 1,10 m o 1,20, no más. No era muy ancho...como una criatura de 6 o 7 años (dice esto señalando un niño que estaba cerca de nuestra mesa).
el tio de mi esposo los vio una madrugada en el patio de su casa junto al rio cerca de prefectura en isla santiago
ResponderBorrarEl videoclub está en 153 y no en 152
ResponderBorrar