En 1913 se construyó en Lisandro Olmos un edificio de tres pisos para servir como hospital para enfermos de tuberculosis. Unos años después dejó de funcionar allí, ya que el clima frío y húmedo de esta región no era el mejor para tratar esa enfermedad; por eso en 1935 se lo reforma para transformarse en la cárcel de mujeres.
El cuidado de las reclusas estuvo a cargo de las Hermanas del Buen Pastor, una congregación que también administraba y brindaba sus servicios en cárceles de Córdoba y Buenos Aires.
Aunque la cárcel dejó de funcionar allí en 1991 para ser una Unidad Hospitalaria de Agudos, cuenta una leyenda que el fantasma de una de las monjas deambula por los pasillos del edificio de 51 y 197. Esa historia la relatan Eduardo Reichman (director médico de la comunidad terapéutica) y Luis Amaya: “Las hermanitas del Buen Pastor atendieron a las internas durante años y años y ahora algunos del personal y detenidos dicen que se ve caminar por los pasillos del penal a la noche, al espíritu de una monja que se traslada sin hacer ruido”.
Fotos:
1. Foto actual del edificio.
Fuentes:
“Historias y fantasmas de la vieja cárcel de mujeres”, Diario El Día, 26/4/2002