En una entrada que publiqué hace un tiempo, conté los extraños sucesos que habían ocurrido en el Museo de Ciencias Naturales por los cuerpos de aborígenes que estaban en el edificio del bosque platense. Ahora les voy a contar otras historias también misteriosas, que tienen que ver con las momias egipcias que allí se encuentran.
La primera ocurrió en la década de 1920. En esos días en que se hablaba mucho de la maldición de Tutankamón (famosa momia egipcia descubierta en 1922), el entonces director del museo, Luis María Torres, dio autorización para abrir los sarcófagos y estudiar la antigüedad de las momias pero enfermó y tuvo que renunciar. El cargo fue tomado por Augusto C. Scala, quien era botánico pero también se interesó por las momias; aunque lamentablemente murió un tiempo después de un infarto. Extrañamente también enfermaron dos personas que habían participado en la apertura de los sarcófagos: Gaggero y Juan Coñoel, pero peor fue la suerte de uno de los empleados de limpieza del museo, que falleció al poco tiempo.
El cuidador del museo, Roque Díaz, también narra otros acontecimientos extraños que sucedieron y que se le adjudican a unas momias indígenas llegadas de Chile: “Las sacamos con mucho cuidado para ver el ajuar. Los empleados se asomaban al laboratorio y no se animaban a entrar. Era por superstición. Da la coincidencia de que en esa época, un 1 de enero de 1970, salí de vacaciones. A los quince días, tuve un accidente automovilístico terrible y me dieron por muerto. En esos días, otro muchacho que trabajaba en la Intendencia iba con la moto y también tuvo un accidente; y no fueron los únicos”.
También ocurrieron cosas extrañas en la década de 1980 con las momias egipcias, y nuevamente las relata Roque Díaz: “Hace unos 30 años vino el conocido doctor González Toledo, quien trajo un tomógrafo muy moderno al Sanatorio Argentino. Por entonces era joven y aficionado a la egiptología. Y quiso sacarle tomografías a las momias. Entonces, hubo que llevarlas en los sarcófagos al Sanatorio. Vino una ambulancia y con un camillero bajamos las momias, y las cargamos. Era domingo”. Así fue como llegaron con “dos sarcófagos grandes y uno chico, que pertenecía a una momia infantil”; la gente empezó a amontonarse para ver qué pasaba “Entonces le dije al doctor: ‘¿Usted quiere que se vaya la gente? Yo me ocupo’. Y empecé a decirle a la gente que existía la maldición de las momias y cuando quisimos ver, ya no había nadie”. Sin embargo, la llamada maldición pareció haber afectado a Roque y el camillero cuando llevaban a las momias hasta el subsuelo: “Las ingresamos a esos ascensores largos para que entren las camillas. No sé qué apretó el muchacho, que en vez de ir para abajo empezamos a subir con unos movimientos muy raros y nos quedamos trabados en un entrepiso. Y escuchaba que me gritaban ‘Roque, Roque…’. ¿Te imaginás?, la momia en el sarcófago, el camillero y yo en el ascensor. El camillero estaba blanco como un papel y yo en broma, le digo: ‘Empezó a actuar la momia’”. Permanecieron atrapados en el ascensor durante casi dos horas hasta ser rescatados por los técnicos, quienes solucionaron el problema “Se había saltado un fusible. Nunca pasaba eso. Justo pasó un domingo y justo con la momia. La persona que apretó la botonera quizás estaba nerviosa y suponemos que pudo haber apretado mal el botón, pero que se pare en el entrepiso fue muy raro” […] “Cuando terminamos, la sacamos por un pasillo por el que sacan a las personas fallecidas. Estábamos saliendo con el sarcófago cuando pasaban dos señoras mayores, que se sorprendieron y preguntaron qué era eso. Y yo qué les iba a decir. Cómo les explicaba qué hacía una momia egipcia en el Sanatorio Argentino. Entonces les dije: ‘Saben qué pasa, fue su último deseo…’”.
Fotos:
1. Foto de una de las momias egipcias que se exponen en el museo del bosque.
2. Estatuas de Smilodon que custodian el museo.
3. Sanatorio Argentino, en calle 56 entre 12 y 13.
Fuentes:
"La 'maldición' de las momias", Diario Hoy, 5/1/2008
"Una momia al Sanatorio Argentino", Diario Diagonales, 18/11/2010