Hoy les dejo una pequeña curiosidad que leí sobre el lago del bosque, del libro "100 años de vida platense":
En la calle 54 al 300 vivía un matrimonio mal avenido. No sería nada raro en la agitada vida platense, si no hubiera sido porque una noche apareció el duelo de la casa gravemente herido, con el cráneo roto por una hachuela, lo que le causó la muerte, sin que recuperara el conocimiento. Acusadas su esposa e hija se las sometió a prisión preventiva como presuntas autoras del hecho.
Los primeros indicios hacían presumir que ambas mujeres estaban seriamente comprometidas con el macabro suceso, ya que no había habido robo y el móvil aparecía como típicamente pasional. Pero debía ser encontrada la hachuela que, según los peritos, era el arma con que había sido ultimada la víctima. Hubo sospechas de que se podía hallar en el fondo del lago del bosque. A grandes males, grandes remedios: Se decidió vaciarlo. Pocas personas vieron el operativo de cerca, porque no faltaban graciosos que querían arrojar hachuelas para despistar a la policía. Los peces siguieron vivos, debido a que quedó agua alrededor de la isleta central, que es la parte de mayor profundidad. Como era un espectáculo surrealista, el lago de los enamorados que fuera cantado por Arrieta y López Merino, mostró su triste intimidad de botellas rotas, latas oxidadas, zapatos, animales muertos, como en un verdadero basural. Lo que no apareció por ningún lado fue la hachuela, y las investigaciones continuaron sin poder llegar al cierre. El fiscal entendió que correspondía prisión perpetua para las implicadas, pero el juez Omar Ozafrain, las absolvió basándose sobre el principio de "in dubio, pro reo", ya que en el caso se encontró indicio próximo o probable, según la doctrina, pero no la plena prueba.
Los platense que ya peinan canas siguen discutiendo el caso, y hay numerosas conjeturas que quedaron para siempre en el aire o escritas en las aguas lacustres. En materia de crímenes espectaculares, el mentado caso, que fue tema excluyente en 1964, ha sido registrado en la memoria de la ciudad, que de tanto en tanto, lo reactualiza.
En la calle 54 al 300 vivía un matrimonio mal avenido. No sería nada raro en la agitada vida platense, si no hubiera sido porque una noche apareció el duelo de la casa gravemente herido, con el cráneo roto por una hachuela, lo que le causó la muerte, sin que recuperara el conocimiento. Acusadas su esposa e hija se las sometió a prisión preventiva como presuntas autoras del hecho.
Los primeros indicios hacían presumir que ambas mujeres estaban seriamente comprometidas con el macabro suceso, ya que no había habido robo y el móvil aparecía como típicamente pasional. Pero debía ser encontrada la hachuela que, según los peritos, era el arma con que había sido ultimada la víctima. Hubo sospechas de que se podía hallar en el fondo del lago del bosque. A grandes males, grandes remedios: Se decidió vaciarlo. Pocas personas vieron el operativo de cerca, porque no faltaban graciosos que querían arrojar hachuelas para despistar a la policía. Los peces siguieron vivos, debido a que quedó agua alrededor de la isleta central, que es la parte de mayor profundidad. Como era un espectáculo surrealista, el lago de los enamorados que fuera cantado por Arrieta y López Merino, mostró su triste intimidad de botellas rotas, latas oxidadas, zapatos, animales muertos, como en un verdadero basural. Lo que no apareció por ningún lado fue la hachuela, y las investigaciones continuaron sin poder llegar al cierre. El fiscal entendió que correspondía prisión perpetua para las implicadas, pero el juez Omar Ozafrain, las absolvió basándose sobre el principio de "in dubio, pro reo", ya que en el caso se encontró indicio próximo o probable, según la doctrina, pero no la plena prueba.
Los platense que ya peinan canas siguen discutiendo el caso, y hay numerosas conjeturas que quedaron para siempre en el aire o escritas en las aguas lacustres. En materia de crímenes espectaculares, el mentado caso, que fue tema excluyente en 1964, ha sido registrado en la memoria de la ciudad, que de tanto en tanto, lo reactualiza.
Fuentes:
"100 años de vida platense", Ricardo Soler
6 comentarios:
Te comento, para que tengas un dato mas sobre la anecdota, el juez que emitió la orden judicial fue el Dr. Ozafraín Padre.-
@lmpapaleo: Muchas gracias por el dato! Cómo es que lo recordás a ese nombres?
es el caso penjereck?
@Unknown: Ni idea; hay un libro en donde relata mejor este caso pero no cita nombres ni apellidos.
yo tenia 5 o 6 años y me acuerdo. Mi papá fu a ver eso...
Yo vivi en esa casa en la década de el 80 era una pensión de estudiantes.
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