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27 de febrero de 2011

La maldición de las momias

En una entrada que publiqué hace un tiempo, conté los extraños sucesos que habían ocurrido en el Museo de Ciencias Naturales por los cuerpos de aborígenes que estaban en el edificio del bosque platense. Ahora les voy a contar otras historias también misteriosas, que tienen que ver con las momias egipcias que allí se encuentran.

La primera ocurrió en la década de 1920. En esos días en que se hablaba mucho de la maldición de Tutankamón (famosa momia egipcia descubierta en 1922), el entonces director del museo, Luis María Torres, dio autorización para abrir los sarcófagos y estudiar la antigüedad de las momias pero enfermó y tuvo que renunciar. El cargo fue tomado por Augusto C. Scala, quien era botánico pero también se interesó por las momias; aunque lamentablemente murió un tiempo después de un infarto. Extrañamente también enfermaron dos personas que habían participado en la apertura de los sarcófagos: Gaggero y Juan Coñoel, pero peor fue la suerte de uno de los empleados de limpieza del museo, que falleció al poco tiempo.

El cuidad
or del museo, Roque Díaz, también narra otros acontecimientos extraños que sucedieron y que se le adjudican a unas momias indígenas llegadas de Chile: “Las sacamos con mucho cuidado para ver el ajuar. Los empleados se asomaban al laboratorio y no se animaban a entrar. Era por superstición. Da la coincidencia de que en esa época, un 1 de enero de 1970, salí de vacaciones. A los quince días, tuve un accidente automovilístico terrible y me dieron por muerto. En esos días, otro muchacho que trabajaba en la Intendencia iba con la moto y también tuvo un accidente; y no fueron los únicos.

También ocurrieron cosas extrañas en la década de 1980 con las momias egipcias, y nuevamente las relata Roque Díaz: “Hace unos 30 años vino el conocido doctor González Toledo, quien trajo un tomógrafo muy moderno al Sanatorio Argentino. Por entonces era joven y aficionado a la egiptología. Y quiso sacarle tomografías a las momias. Entonces, hubo que llevarlas en los sarcófagos al Sanatorio. Vino una ambulancia y con un camillero bajamos las momias, y las cargamos. Era domingo”. Así fue como llegaron con “dos sarcófagos grandes y uno chico, que pertenecía a una momia infantil”; la gente empezó a amontonarse para ver qué pasaba “Entonces le dije al doctor: ‘¿Usted quiere que se vaya la gente? Yo me ocupo’. Y empecé a decirle a la gente que existía la maldición de las momias y cuando quisimos ver, ya no había nadie”. Sin embargo, la llamada maldición pareció haber afectado a Roque y el camillero cuando llevaban a las momias hasta el subsuelo: “Las ingresamos a esos ascensores largos para que entren las camillas. No sé qué apretó el muchacho, que en vez de ir para abajo empezamos a subir con unos movimientos muy raros y nos quedamos trabados en un entrepiso. Y escuchaba que me gritaban ‘Roque, Roque…’. ¿Te imaginás?, la momia en el sarcófago, el camillero y yo en el ascensor. El camillero estaba blanco como un papel y yo en broma, le digo: ‘Empezó a actuar la momia’”. Permanecieron atrapados en el ascensor durante casi dos horas hasta ser rescatados por los técnicos, quienes solucionaron el problema “Se había saltado un fusible. Nunca pasaba eso. Justo pasó un domingo y justo con la momia. La persona que apretó la botonera quizás estaba nerviosa y suponemos que pudo haber apretado mal el botón, pero que se pare en el entrepiso fue muy raro” […] “Cuando terminamos, la sacamos por un pasillo por el que sacan a las personas fallecidas. Estábamos saliendo con el sarcófago cuando pasaban dos señoras mayores, que se sorprendieron y preguntaron qué era eso. Y yo qué les iba a decir. Cómo les explicaba qué hacía una momia egipcia en el Sanatorio Argentino. Entonces les dije: ‘Saben qué pasa, fue su último deseo…’”.


Fotos:
1. Foto de una de las momias egipcias que se exponen en el museo del bosque.
2. Estatuas de Smilodon que custodian el museo.
3. Sanatorio Argentino, en calle 56 entre 12 y 13.

Fuentes:
"La 'maldición' de las momias", Diario Hoy, 5/1/2008
"Una momia al Sanatorio Argentino", Diario Diagonales, 18/11/2010

19 de junio de 2010

La momia de Tolosa

Plano de Tolosa en 1871, superpuesto sobre
el actual plano de La Plata. En 
azul se ve
cómo era el pueblo en esa época,

y en rojo la ubicación y dimensiones
del cementerio
Las constantes epidemias de cólera durante el siglo XIX hicieron necesario construir un cementerio en Tolosa, que fue encargado por la Municipalidad de Ensenada y se finalizó en 1874 (8 años antes de la fundación de La Plata). Se ubicaba entre las calles 522, 526, 120 y 118, y en esta última estaba su ingreso por lo cual era conocida como “calle de la amargura”. Funcionó durante 12 años hasta que fue clausurado en 1886 cuando se estaba por inaugurar el Cementerio de La Plata, y se dispuso trasladar los cuerpos para cerrar definitivamente esta vieja necrópolis.
Esquina actual de 525 y 119 de Tolosa,
en donde hasta hace 124 años estaba
la entrada al cementerio. Se dice que
al construir las casas que ahora están
en esos terrenos, se encontraron
objetos que pertenecieron a la
necrópolis tolosana
Los fallecidos que no fueron reclamados por ninguna familia quedaron abandonados en sus bóvedas o sepulturas, así fue que en 1902 la Municipalidad dispuso trasladarlos a un osario común en el nuevo cementerio. Pero en 1908, mientras revisaba los restos, el administrador del cementerio José P. Peralta encontró una caja intacta que lo sorprendió al abrirla: “contenía una momia de un cuerpo entero y mascara intactas, de ojos semicerrados, con su dentadura superior al descubierto en una mueca risueña; atada con cabeza con un pañuelo cuyas puntas fingianle la mariposa de una corbata de moño, la cabellera larga y descolorida, las ropas interiores y exteriores en perfecto estado”. El hallazgo fue dado a conocer al instante, y dos días después era anunciado en el periódico Buenos Aires: “Este cuerpo ha estado en uno de los nichos que existían en el Cementerio de Tolosa y la fecha de inhumación data de unos 20 años por lo menos. Las condiciones en que se halla son tan raras como curiosas. Observándole bien, es exactamente idéntico a un Cristo con sus carnes disecadas y totalmente entero”. 
Imagen de Matias Behety,
uno de los primeros
poetas platenses
Foto del mausoleo
que se le construyó
a Behety en el
Cemeterio de La Plata

Los curiosos no tardaron en llegar al cementerio a visitar al “muerto popular”, como se lo llamaba en esos días. Varios diarios platenses mencionaron extraños fenómenos luminosos, ya que se decía que “sus manos entrecruzadas echaban luces”, mientras que el diario La Nación denunciaba que esto no era más que la superstición y el fanatismo de la gente. Un empleado del cementerio tuvo la idea de colocar el cuerpo momificado en el altar de una capilla, y así fue como varios devotos de este desconocido asistían para hacerle pedidos y plegarias.

El espectáculo duró poco más de un mes, ya que
se decidió colocar a la momia en un nicho. Años más tarde, Antonino Lamberti reconoció el cuerpo y pudo identificar que se trataba de su amigo, el poeta Matias Behety, quien había muerto en agosto de 1885 en el hospital de Melchor Romero a la edad de 35 años para luego ser sepultado en el cementerio de Tolosa. Tras conocerse su identidad, la familia de Behety mandó a construirle un mausoleo de mármol y granito para sus restos en el Cementerio de La Plata con un busto en donde se esculpió su rostro.


Fotos:
1. Plano de Tolosa en 1871, superpuesto sobre el actual plano de La Plata. En azul se ve cómo era el pueblo en esa época, y en rojo la ubicación y dimensiones del cementerio.
2. Esquina actual de 525 y 119 de Tolosa, en donde hasta hace 124 años estaba la entrada al cementerio. Se dice que al construir las casas que ahora están en esos terrenos, se encontraron objetos que pertenecieron a la necrópolis tolosana.
3. Imagen de Matias Behety, uno de los primeros poetas platenses.
4. Foto del mausoleo que se le construyó a Behety en el Cemeterio de La Plata. 



Fuentes:
“Matías Behety" de Telmo Manacorda
“Breve historia de Tolosa”, Francisco Laborde
“El cementerio” de la página tolosasite
“Mitos y leyendas de La Plata”, Ramón Tarruella
“El bohemio que se convirtió en momia”, Diario Hoy, 26/9/2006
“De poeta a momia”, Diario Hoy
“La momia de Tolosa”, Revista Tiempos, 28/11/2004
“El cementerio de La Plata”, del blog El Navegante Solitario


Otras entradas de interés:
* El cementerio indio de la Casa de Gobierno
* La maldición de las momias

* El tranvía fúnebre