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22 de abril de 2012

La viuda negra

Los que la vieron caminando por el barrio de La Loma, cuentan que apareció por la zona de repente y de la nada. En Tolosa, los vecinos testimonian haberla visto en varias calles a la vez, y todas al mismo tiempo. La descripción es casi la misma: una mujer alta, delgada y enteramente vestida de negro; de los pies a la cabeza. Algunos dicen que lleva un sombrero con ala y un tul cubriéndole el rostro. La llaman la viuda, y es todo un misterio.

La primera historia de la viuda la refirió un taxista. Dijo que lo sucedido fue tan real que, durante años -hasta que pintaron la pared- si alguien buscaba pruebas, lo único que tenía que hacer era mirar un dibujo estampado en cierto muro del cementerio.

Todo empezó en una tarde de lluvia, casi de nochecita. El taxista venía trabajando desde la madrugada. Había resuelto hacer un último viaje y luego regresar a su casa. Fue en ese momento, cuando todavía circulaba por las calles del centro, que lo detuvo una mujer. Vestía de una forma llamativa: sombrero negro, abrigo negro, zapatos negros, guantes negros. Hasta entonces, el taxista nunca había escuchado hablar de la viuda, por eso frenó el auto y la levantó. La mujer se acomodó en el asiento trasero y, con voz grave y seca, dijo: “Al cementerio”. El taxista cayó en la cuenta de que, a esa hora, el cementerio estaba cerrado. A la pasajera pareció no preocuparle ese asunto; le indicó al conductor que no se detuviera en la entrada principal y que siguiera por un callejón paralelo, rodeando el largo paredón. La mujer pagó el viaje y descendió frente a la puerta. Pero no intentó cruzarla, pasó de largo y continuó caminando hacia el fondo de la calle, pegada a la pared. El taxista la miró intrigado por el espejo retrovisor, mientras la silueta empezaba a perderse en las sombras. De pronto, la vio detenerse frente al paredón y después, como si su cuerpo pudiera disolverse, la mujer atravesó la pared en dirección al cementerio. Un segundo después, la calle estaba vacía. Espantado, el hombre dudó entre haber presenciado algo siniestro, o haber sufrido una ilusión óptica.

No aguantó quedarse con la intriga. Dio marcha atrás y en el paredón, justo en el sitio ese, se encontró con un manchón inquietante, como recién estampado. Era la imagen en tamaño natural de la mujer de negro. Hasta el ramo de flores se veía.

Otra vez la vieron en Berisso, pero no fue una sola sino que fueron dos las mujeres vestidas de negro. Caminaban muy juntas, porque se desplazaban leyendo el mismo libro. Tan concentradas iban en la lectura que ni siquiera miraban dónde apoyaban los pies. Ni falta que les hacía porque -y eso sí que parecerá bien extraño, pero fueron varios los vecinos que las vieron- las dos levitaban a unos diez centímetros del suelo.

Algunos dicen que cuando la viuda aparece es que está anunciando alguna desgracia. Otros, por el contrario, aseguran que ver a la viuda les trajo suerte.



Fuente:
"La viuda negra", revista Tiempos, 28/11/2004

7 de agosto de 2011

Ciudad de milagros

En el año 2005 fue beatificada por el papa Juan Pablo II una religiosa argentina que vivió gran parte de su vida en la ciudad de La Plata: Sor María Ludovica. A ella se le atribuyen varios milagros ocurridos en nuestra ciudad, incluso después de su muerte:



Nuestro bebé de cuatro meses estaba en compañía de su hermanita de seis años. Nos avisa que el bebé estaba en la pileta, lo encontramos con mi esposo flotando, morado, hinchado. Lo saqué de la pileta, lo acosté en el césped, le apreté con fuerza los pulmones y el agua salió a borbotones. ¡Está muerto!, grité. Seguí haciendo la misma práctica, respiración boca a boca, pero no reaccionaba. En viaje al Hospital de Pilar lo iba reanimando. De ahí fue trasladado al Hospital de Niños de La Plata. El bebé llegó inconsciente, le colocaron respirador artificial, monitores, canalización, estaba sin vida.

En el hospital lo bautizaron y el sacerdote lo encomendó a la Sierva de Dios Ludovica. Rezamos continuamente a ella y cuando lo hacía se me llenaban los ojos de lágrimas: la imaginaba junto a la cama de mi hijito, con dulzura y cariño, y vi cómo se recuperaba cada vez que la invocaba, hasta llegar a su curación completa, sin secuelas neurológicas”.



En diciembre de 1988 fue internado en el H
ospital de Niños de La Plata el pequeño Lucio, de seis meses de edad. Su mamá lo acompañaba con mucha preocupación porque el pequeño se negaba a alimentarse y debían hacerlo por medio de sondas.

El 28, comenzó a invocar la intercesión de la Superiora Ludovica. C
uando le trajeron el biberón, la mamá mirando la estampa de Sor Ludovica dijo: Haz que se produzca este milagro, ya no quiero ver a mi hijo con sondas y que lo pinchen en todo el cuerpo para ponerle el suero.

Seguidamente le acercó a la boca el biberón y el niño come
nzó a tomar con ganas. Fue tan grande la alegría de su madre que comenzó a reír y llorar. Luego continuó alimentándose normalmente, suspendiendo la medicación. Ya curado, regresó a Mendoza, su ciudad”.



Fernanda fue internada en estado grave en el Hospital Sor María Ludovica. Los médicos diagnosticaron varicela hemorrágica con gran disminución de plaquetas y anemia.

Al día siguiente dijeron que no pasaría la noche. A la tarde, la religiosa de la s
ala junto con el papá rezaron la oración para obtener por intercesión de Sor María Ludovica la gracia de la curación de esta niña. La mamá también rezaba en el hall del hospital ante la estatua que recuerda la memoria de la Superiora Ludovica.

La niña recobró totalmente su salud. La mamá concluye su testimonio escrito diciendo: Tengo fe de que la Sierva de Dios intercedió en nuestro favor”.



El 21 de j
ulio de 1985, Juan José, que acababa de cumplir seis meses, se enfermó. La fiebre alta, el llanto intenso y sus movimientos hacían intuir que tenía mucho dolor de cabeza.

El día 25 fue internado en el Hospital de Florencio Varela, y el 27, ante la imposibilidad de curarlo, los médicos lo derivaron al Hospi
tal de Niños Sor María Ludovica de La Plata. Fue internado en terapia intensiva de lactantes. Los médicos diagnosticaron una meningoencefalitis, diciendo que su estado era gravísimo, ya que el mal llevaba varios días de evolución. No daban esperanzas y aseguraban que, si se salvaba, quedaría con grandes secuelas neurológicas.

Los padres
encomendaron la curación de Juan José a la Superiora Ludovica, rezando todos los días la oración para obtener gracias por su intercesión.

A fines de septiembre, el niño fue dado de alta y se recuperó completamente, sin secuelas”.



Otro de los milagros ocurrió en el cementerio de La Plata, más precisamente en la bóveda de Sor María Ludovica. Allí fue llevada por sus padres la niña Antonella Cristelli, quien nació en 1988 con una patología congénita conocida como espina bífida con las vías urinarias, vejiga y un riñón severamente deteriorados y los miembros inferiores inmovilizados. Luego de esto Antonella se curó totalmente, y este milagro reconocido por el Papa ayudó a la beatificación de la religiosa.




También realizó
un milagro en La Plata la Santa Madre María Josefa Rossello, en el año 1911.

Sentí una mano que
recorría mi cuerpo y, a medida que pasaba, los dolores desaparecían”. Así describió Sor María del Espíritu Santo su recuperación de una severa tuberculosis que durante meses la tuvo postrada en una cama, al borde de la muerte. La hermana del Espíritu Santo, maestra de cuarto grado del Colegio Nuestra Señora de la Misericordia (44 entre 3 y 4), de 30 años, había contraído -en 1907- tuberculosis. La enfermedad, según los estudios médicos, era irreversible.

Las hermanas de la Misericordia decidieron realizar una N
ovena (nueve días de rezo a un Santo) a Rossello.

El 1º de julio, a las 21, Sor del Espíritu Santo se encontraba acompañada de la hermana superiora (Carmen Doile) y su madre biológica, mientras que las demás monjas cenaban en otro sitio de la institución. En ese momento, Doile observó que algo extraño pasaba en el rostro de la maestra enferma, hecho que la llevó a pensar en la muerte y dio aviso a las demás religiosas para que se acercaran a orar.

Las monjas se pusiero
n de rodillas para rezar, pero en ese momento Sor del Espíritu Santo se sentó en la cama, tiró la venda que le cubría la frente y dijo: “Ya estoy bien, no me duele nada, estoy sana”. La situación dejó inmóviles a las hermanas y ante la insistencia de la maestra enferma con su repentina sanación, sólo atinaron a pedirle que “si estaba curada, bajara de la cama y se arrodillara ante el retrato de Rosselllo para agradecer la curación”. Y así fue. El primer milagro de la fundadora del Misericordia se había consumado.

El Papa Pío XI (1857-1939) fue el encargado de ordenar la beatificación de Josefa Rossello, luego de la milagrosa sanación en el Colegio Nuestra Señora de la Misericordia de La Plata. Una vez comprobado el hecho sobrenatural se sucedieron tres milagros más en Italia que no sólo ratificaron la beatificación sino que posibilitaron la canonización de Rossello el 12 de junio de 1949 en manos de Pío XII.




Otros milagros ocurrieron en 11 y 51, donde actualmente se encuentra el Colegio San José, fundado en 1902 por San Miguel Garicoits.

Angela Zanini, religiosa de la Sociedad de María consagrada a la educación de niñas sordomudas que funcionaba en 11 y 51, padecía desde hacía dos años de un fibroma con dolores viscerales que la tenía postrada en cama, en grave estado de salud.

Con la esperanza de salvarla,
las religiosas y las niñas de la casa imploraban al Padre Garicoits. El 9 de julio de 1936, no pudiendo conciliar el sueño a causa del dolor, Zanini invocó al Santo con mayor confianza, y este apareció en medio de una suave luz: “Hace tanto que me suplicas”, dijo el Santo. Y tras prometer salud para hacer mayor la gloria de Dios, agregó: “Pues bien, ya estás sana”. Luego sonrió, la bendijo y lentamente desapareció.

El segundo milagro atribuido a Garicoits también se realizó en el edificio de 11 y 51. Allí, Blanca Simioni, una niña de 10 años, era afectada por una gravísima infección de tifus, complicado con miocarditis y enterorragia, tóxica y orgánica.

Sin esperanzas de curación posible, sus padres, aconsejados por el médico, comenzaron una novena al Padre Garicoits, aplicándole una reliquia a la enferma. El 17 de mayo de 1935 la vida de la niña se esfumaba.Y en medio de constantes rezos, la pequeña quedó curada ante el asombro de los médicos, que no pudieron determinar las causas de la sanación.




Fotos:
1. Sor María Ludovica.
2. Sor María Ludovica en el Hospital de Niños.
3. Hospital de Niños de La Plata “Sor María Ludovica”.
4. Sor María Ludovica.
5. Placa de Sor María Ludovica en el Cementerio de La Plata.
6.
Josefa Rossello.
7.
San Miguel Garicoits.
8.
Foto antigua del Colegio San José de La Plata.
9.
Escultura de San Miguel Garicoits en 11 y 51.

Fuentes:
“Curaciones milagrosas”, Diario Hoy, 4/10/2004
“La Plata, una ciudad bendecida por diversos milagros”, Diario Hoy, 12/10/2004

10 de julio de 2011

Historias del cementerio de La Plata (parte III)

Después de la primera y segunda parte, hoy publico la última de la serie de historias del Cementerio de La Plata, escritas por Olga B. Flores en su publicación Anécdotas y mitos que involucran a muertos... y vivos. Créditos de la foto del cementerio de La Plata para yoti.



Perro fiel
Al morir la dueña de uno de los bares cercanos al cementerio, su perro hizo lo posible para estar al lado de ella: cada mañana, cuando se abrían las puertas de la necrópolis, la mascota entraba, se dirigía a la tumba de su dueña y se echaba allí hasta la hora que el cementerio cerraba sus puertas. Al poco tiempo, el perro fiel también murió.


El misterio de la rubia hermosa
Esta historia no
tiene más de 20 años y dice que una noche, en pleno centro de la ciudad, una joven rubia, que llevaba un saquito negro sobre sus hombros, paró un taxi y le dijo que se dirigiera hasta el cementerio. Cerca del lugar le pidió al chofer que estacionara sobre uno de los laterales. Cuando el auto paró, le dijo “ya vuelvo”. De a poco se fue acercando al paredón y, de un momento a otro, desapareció como si lo hubiese atravesado. Al día siguiente, el taxista fue hasta el cementerio con un grupo de colegas para mostrarles el lugar exacto del muro donde había desaparecido la rubia. Luego, acompañados por empleados del cementerio, dieron la vuelta para fijarse qué había del otro lado del paredón. La sorpresa fue grande cuando, muy cercano al tapial. colgado en una cruz de una de las tumbas, hallaron el saquito negro que vestía la joven.


Otros personajes

Además de estos relatos, por el cementerio circulan una serie de personajes con características más que particulares.
Con su forma de ser y sus cuentos, viven en la memoria de los que conocen el barrio y frecuentan el camposanto.
Los más memoriosos recuerdan:
* al hombre que todos los días, durante más de treinta años, le dejaba una flor a su mamá hasta el día antes de su muerte;
* a la señora que se encerró en una bóveda un 24 de diciembre a la tarde para esperar la Nochebuena junto al cajón de su difunto esposo;
* o al “loco”, que trabajaba en mantenimiento y, cada vez que se tocaba la campana de la capilla, sacaba una pistola y disparaba; También se cuentan hechos trágicos, como aquellos que decidieron acabar con su vida al lado de la tumba de sus seres queridos.

5 de junio de 2011

El caso Platero en el cementerio

Hace ya un buen tiempo, Cristina Gonzalez Ducasa hizo la consulta en el blog sobre el caso Platero que habría ocurrido en el cementerio de La Plata en la década de 1920. Ante esto Hilda Perez respondió el 19 de agosto del año pasado, contándonos lo que sabía sobre esta historia, lo cual cito a continuación:
Los Platero era una familia muy conocida y de prestigio en la ciudad. El papá era juez, tenían una hija de dieciséis años que falleció y según la versión la pusieron en la bóveda familiar que está situada sobre el camino de la entrada principal del cementerio sobre la mano izquierda (dice en el frente Familia Platero). Al día siguiente del sepelio, el cuidador del sector observó que el cajón estaba corrido; avisó a los encargados y al abrirlo notaron que la niña se había movido. Posiblemente la dieron por muerta estando con un ataque de catalepsia. Nunca me olvidé de esta historia, tampoco sé si es solo un mito, pero cada vez que voy al cementerio me detengo en esa bóveda donde en la pared, en bronce, hay una escultura de una jovencita llamada Sarita.
Para buscar más sobre esto fui al cementerio y pude hacer algunas fotos de la bóveda. También busqué en los diarios El Día de fines de junio de 1921 aunque no había ninguna noticia para desmentir o no esta historia, así que les dejo lo que fue publicado tras el fallecimiento de Sara Platero:

Ha muerto ayer la señorita Sara E. Platero. Si es lamentable que desaparezca una existencia joven, lo es doblemente cuando reúne excepcionales prendas que desbordan de su alma selecta. Espíritu cultísimo, toda bondad, la extinta no deja sino bendiciones a su paso; que nunca la caridad, el amor al prójimo y el intensísimo cariño a los suyos tuvo más caluroso albergue que en su corazón magnánimo. Aficionada, mejor diríamos entregada por entero al arte sublime, la señorita Platero era una de nuestras mejores estudiosas del canto. Su voz bellísima ha cautivado al auditorio en cuantas oportunidades se ha dejado escuchar; y si era intérprete excepcional de la música profana, parecía sublimarse en las composiciones de carácter religioso, tanto se identificara su manera de ser con el éxtasis que esa identificación parecía aportarle. El féretro que guarda los restos de la extinta, cubierto de flores ha visto desfilar por la capilla mortuoria a las incontables amigas que lamentan la desaparición inesperada. La familia Platero, ha recibido también las condolencias unánimes bien sinceramente expresadas.

SARA E. PLATERO – (q. e. p. d.) – Falleció el 23 de junio de 1921 – Sus padres: Tomás B. Platero y María Isabel L. de Platero; sus hermanos: Tomás N.; Rodolfo V.; y Mercedes M.; tíos, primos y demás deudos, invitan a sus relaciones a acompañar los restos mortales de la extinta, al cementerio local, hoy jueves 23, a las 15 y 30 horas. Única invitación. Casa mortuoria, calle 54 número 352. El deudo se despedirá por tarjeta. Se ruega no enviar coronas. Nora – Habrá carruajes en la empresa de Boccia Hnos.

29 de mayo de 2011

Simbología masónica en el cementerio de La Plata

He notado que una buena parte de la gente que llega al blog, lo hace buscando información sobre símbolos masónicos en La Plata, o sobre mitos asociados a la masonería en la ciudad. Es por esto que decidí escribir esta entrada a modo de “guía de símbolos masónicos” en el cementerio de La Plata, para que quienes tengan oportunidad de recorrerlo puedan reconocer y entender parte del significado de muchos de los símbolos presentes en las bóvedas de personas que pertenecieron a logias de la ciudad de La Plata.


Al ingresar al cementerio por el pórtico de avenida 31 se observa que tiene forma de templo griego con columnas dóricas. Este tipo de templo es una parte importante del pensamiento simbólico neoplatónico masón; se lo encuentra en la arquitectura de muchas de las logias masónicas de la Argentina y esta presente en la simbología del diploma de los maestros masones.
Pese a ser las columnas de orden dórico, la moldura del arquitrabe lleva 5 gotas en lugar de 6 (como debe ser en ese estilo). Esto es porque para los masones el número 5 representa la armonía pentagonal, la armonía perfecta. Algo similar ocurre con las metopas, que son 5 y se repiten en serie. Los triglifos, como toda representación triforme, pueden significar las tríadas: nacimiento-vida-muerte o pasado-presente-futuro.
Las figuras que pueden observarse en ese pórtico, son las siguientes:
  • Ramas cruzadas y antorcha vertical al medio: Son la alegoría de la muerte y la victoria. Su origen es griego, la antorcha representa la muerte y el laurel la victoria.

  • Antorcha cruzada atada: Se la identifica con el sol y con el fuego y constituye para la masonería el símbolo de la purificación por iluminación. Presente en los rituales de iniciación, representa la purificación complementaria al agua. En la estatuaria funeraria masónica, las antorchas inclinadas representan la extinción de la vida. La cinta con el nudo, marca la unión entre los masones.
  • Palma circular de hojas: Estas coronas de palma, en relación al conjunto de iconos usados en el portal están indicando el triunfo sobre la muerte y la trascendencia del individuo.
  • Cuerpo superior de un ángel: Los ángeles son el símbolo de lo invisible, de las fuerzas que ascienden y descienden entre el Gran Arquitecto del Universo (GADU en jerga masónica) y su creación, el Mundo. Significan la transformación de lo visible en invisible. Esta figura también está presente en la bóveda Isnardi.
Una vez dentro del cementerio, en muchas de las bóvedas de personas que pertenecieron a la masonería pueden observarse algunos de los siguientes símbolos:
  • Alfa y omega: Son la primera y la última letra del alfabeto griego y representan por ello el principio y el fin de todas las cosas, para el cristianismo (ya que el símbolo tiene origen en él) encarnados en la figura de Cristo. En el Apocalipsis de San Juan (22,13) Jesús declara: "Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin". Por las formas de las letras se establecieron a lo largo de la historia diferentes analogías. Las doctrinas herméticas han relacionado la alfa mayúscula (A) con el compás, atributo del dios creador y la omega (Ω) a la lámpara, al fuego de la destrucción apocalíptica. Presente en la bóveda Langhenheim.
  • Ancla: Para el cristianismo primitivo es el símbolo de la salvación y de la esperanza. El Nuevo Testamento se refiere a Cristo como "un ancla en el mar de la vida". La masonería adopta el ancla con este sentido y junto con la cruz y el corazón representan las tres virtudes capitales para la Orden: fe, esperanza y caridad. Señala la búsqueda del equilibrio en el logro de una evolución fecunda, a la vez que es el emblema del poder y la autoridad en la asamblea masónica. Se la puede ver en la bóveda Isnardi, en donde aparece junto a una copa que contiene el bálsamo de la inmortalidad.
  • Antorchas que apuntan hacia abajo: Mantienen un significado similar al de las antorchas del pórtico de entrada, pero al estar invertidas y encendidas tienen como misión iluminar la verdadera vida que viene después de la muerte; presentes en la bóveda Isnardi.
  • Cadenas: Su sentido general es el de unión y comunicación, pero también sometimiento y esclavitud. Estos dos significados son asimilados por los masones. Frau Abrines, en su "Diccionario Enciclopédico de la Masonería" dice que la cadena simboliza..."para la humanidad, la antigua opresión moral o política y la misión que tienen los masones de destruirla" Referida al primer significado, alrededor de toda logia se pinta o esculpe una cadena que simboliza la unión de todos los masones, símbolo que se actualiza en el ritual de la "cadena de unión" mediante el cual todos los miembros de una logia entrelazan sus brazos formando una cadena al dar por concluida una reunión. Pueden observarse en la bóveda Isnardi que está rodeada de cadenas; los eslabones representan a los masones y la cadena misma a la masonería, conformada por la unión de sus miembros.
  • Clepsidra alada: Originariamente el nombre designa a un reloj de agua, pero la masonería hizo extensivo el término al de arena. Para los cultos de los Misterios representaba, por su forma, la inversión de relaciones entre el mundo superior y el inferior. A partir del Renacimiento comenzó a representar la idea del fluir del tiempo y de la inexorabilidad de la muerte. Constituye un atributo de una logia, es decir, una imagen de la que se valen los masones para simbolizar sus doctrinas y mitos. En su interpretación señala que el tiempo es una creación humana y que la vida en este mundo es sólo aparente. En la funeraria masona indica que el tiempo de la vida fue bien empleado y que ha llegado a su fin. Puede tener alas de pelícano (como en la bóveda Cogoma), y en ese caso se aúnan dos símbolos. El pelícano, para la masonería representa el renacimiento perpetuo. La clepsidra alada está presente en muchas otras bóvedas como la Isnardi, Langhenheim, Etchegoyen, Regino Letchos y Manocchi.
  • Columnas: Una columna singular es un símbolo perteneciente al grupo cósmico del "eje del mundo" junto al árbol, la escala y el mástil. Conecta el cielo, en tanto morada de las divinidades celestes, con la tierra, en tanto morada de los hombres. Cuando se trata de dos columnas, estas equivalen a los tenantes (fuerzas contrarias en equilibrio tenso) equivalentes a las dos serpientes entrelazadas del caduceo. Las dos columnas simbolizan, cósmicamente, la eterna estabilidad y su hueco, el ingreso a un espacio consagrado. Aluden, también, en la tradición hebrea, a las que construyó Hiram para el Templo de Salomón (Reyes 8,13) a las que llamó Jakim y Boaz. La masonería retoma esta tradición y también construye dos columnas con estos mismos nombres a la entrada de cada logia. En su interior, además, existen otras tres columnas de significativa importancia: representan las tres cualidades capitales: la sabiduría, la fuerza y la belleza. Cada una de ellas en un estilo arquitectónico determinado y asociadas a cada una de las tres máximas autoridades de una logia. La columna jónica representa la sabiduría y conocimiento, está asociada al Venerable y porta sobre ella una estatua de Minerva. La columna dórica representa la fuerza y estabilidad de espíritu, está asociada al Primer Vigilante y lleva una estatua de Hércules. La columna corintia, finalmente, representa la armonía y belleza de los actos, está asociada al Segundo Vigilante y lleva a Venus sobre ella. La columna truncada, por otra parte, representa en la funeraria masónica a los miembros fallecidos; remite a la idea de la obra no concluida en esta vida.
  • Frontón triangular: Se lo observa en varias bóvedas, entre ellas la bóveda Langenheim. El triángulo del frontón es isósceles con la base más grande que los lados, puede indicar la delta luminosa de la tradición masónica. Se asimila al símbolo del delta radiante que significa la eternidad del tiempo y el germen de inmortalidad. Todo triángulo es una figura de perfección.
  • Crismón: Este símbolo adquiere verdadera significación a partir del cristianismo como monograma de Jesucristo. En su primera versión estaba constituido por una I y una X superpuestas, las letras griegas iota y ji respectivamente, iniciales en esa lengua de Jesús Cristo. Esta grafía tuvo un antecedente precristiano en el Egipto de los Ptolomeos. La segunda versión es la que utilizó el emperador Constantino en sus estandartes y fusionaba del mismo modo las letras griegas X y P (ji y rho), las dos primeras, en griego, del nombre de Cristo.
  • Cruz ansada o Anj: Es el símbolo de la involución, la evolución y el desarrollo del hombre, es la llave de la vida inmortal. Simboliza la vida eterna, el circuito vital irradiado por el príncipe que baja a la superficie, penetra en las profundidades hasta el infinito, indicado por su línea vertical. Se puede ver en bóvedas con estilo egipcio, como la bóveda Etchegoyen.
  • Delfines: Los delfines son los símbolos de la regeneración, en los ritos funerarios aparecen como psicopompos, ellos transportan al hombre desde el mundo terrenal al mundo de la salvación inmortal. Es un símbolo de conversión, con tres etapas de evolución espiritual, emotividad e imaginación; amor y sacrificio e iluminación en la gloria de la paz interior. También aparecen en bóvedas de rasgos egipcios como lo son la bóveda Etchegoyen y la bóveda Salza.
  • Disco solar alado: Se observa en la bóveda Pelanda Ponce que el dintel de la entrada está rematado por el disco solar alado con el símbolo del URAEUS o serpiente divina; representa la inmortalidad, la resurrección, el poder creador y la fecundidad. Es semejante al disco solar alado que aparece en el arte egipcio, en la tumba de Khamuast, hijo de Ramsés III.
  • Esfinge: Es un león con cara de mujer, su rostro pintado en rojo, como esfinge es el guardián de los umbrales prohibidos, vela sobre las eternidades, sobre todo lo que fue y sobre todo lo que será. En Grecia llevan caras de mujer y están aladas, era una figura dual que planteaba enigmas a los caminantes y devoraba a quien no podía responderlos. La esfinge solo puede ser vencida por el intelecto y la sagacidad, es la contraparte de la ignorancia, por evolución y resignificación simboliza lo ineluctable, el comienzo de un destino misterioso y necesario. Es una de las representaciones más importantes del poder máximo, monumento de la sabiduría y de los rituales del pasado. Puede verse en la bóveda Pages y en la bóveda Salza.
  • Flor y hojas de loto: El loto surgido de las aguas pantanosas simboliza la plenitud espiritual, irrumpe en la superficie como el huevo del mundo, es la realización de las posibilidades contenidas en el germen inicial, las posibilidades del ser, pues el corazón es un loto cerrado, tiene ocho pétalos y por ello es la representación de la armonía cósmica, simboliza los nacimientos y renacimientos. Para los masones ocho es el número de los senderos de la vía de perfección. En la bóveda Salza está pintado con azul-violáceo, que se considera en Egipto como el loto más sagrado, se lo representa en las cámaras funerarias.
  • Hojas de palma: En Oriente Medio la palmera se equiparaba al Árbol de la Vida y su simbología y la de sus hojas fue muy rica. En Egipto era símbolo de la fecundidad; para el judaísmo representaba a Judea y para el cristianismo, la entrada de Cristo en Jerusalén. Para los griegos y romanos simbolizaba la victoria, especialmente la obtenida mediante las armas. En los misterios de Oriente una corona de palmas adornaba la cabeza de los iniciados. Para los masones representa la victoria que se consigue mediante las virtudes y los méritos y decora varios monumentos. Las hojas de la palma datilera que se ven en la cornisa de bóvedas como Pelanda Ponce y Carbonell, tienen el rol y significación de ser soporte del mundo; representan el pilón egipcio.
  • Lámpara: Es el símbolo del conocimiento, indica la presencia del GAU.



  • Obelisco: Es la forma que tiene la bóveda Coutaret; representa los rayos solares, como emanación del dios Atum Ra.



  • Palma circular o corona alada: Es un símbolo de victoria y de ascensión, de regeneración e inmortalidad, se la encuentra en el culto de Isis. Las alas simbolizan el vuelo del alma en su aspiración al estado supraindividual. Observado en la bóveda Salza y en la bóveda Isnardi.
  • Paloma: En la bóveda Isnardi se observa una paloma con una flor en la boca; este es el símbolo del ULPI, el internado del colegio Nacional de la UNLP. También hay un libro con una página marcada, que representa la tarea sin cumplir.
  • Piso ajedrezado: Compuesto alternativamente por baldosas blancas y negras representa, representa en una tumba, el grado de compañero masón. Es otro símbolo de la cosmovisión dualista de la masonería (bien-mal; espíritu-materia; luz-oscuridad, etc.). Dentro de una logia representa la armonía que reina en la Orden a pesar de las diferencias políticas, sociales o religiosas de sus miembros. Se observa en la bóveda Isnardi.
  • Templo: Se lo puede ver en bóvedas egipcias como la bóveda Etchegoyen. Simbolizaría el macrocosmos y el microcosmos, es a la vez mundo y hombre. Es un símbolo de realización espiritual, el templo en la masonería lleva de occidente hacia Oriente, es decir hacia la luz. La reconstrucción del templo es el camino para el conocimiento del templo celeste.
  • Vasija: También aparece en bóvedas egipcias como Etchegoyen y Salza. El glifo egipcio del corazón es una vasija. Cuando las vasijas están abiertas representan receptividad a las influencias celestes, pueden encerrar la esencia de la vida o la vida espiritual.


Para aquellos que quieran informarse más sobre símbolos masónicos en cementerios, y también varios trabajos de investigación sobre estos temas, en las fuentes adjuntos links para que puedan leerlos online.


Fuentes: “Simbología funeraria masónica”, Logia Alejandro Korn Nº488 “Glosario de símbolos masónicos”, Secretaría de Cultura de la ciudad de Buenos Aires “El Cementerio de La Plata y su contexto histórico”, María Carlota Sempé, Antonia Rizzo “La simbología masónica y 'los mensajes' de la bóvedas”, diario El Día, 18/5/2006 “La escuadra y el compás entre diagonales”, Martín E. Epeloa De la botánica al simbolismo funerario: Ornamentaciones vegetales en cementerios urbanos”, Vilma G. Rosato y Antonia Rizzo El cementerio de las diagonales - Secciones fundacionales del sector bóvedas”, Virginia Dubarbier y Susana Shimko El culto de Isis en la funebria platense”, María Carlota Sempé Iconografía funeraria masónica”, María Carlota Sempé y Emiliano Gómez Llanes La expresión funeraria del Art Noveau”, Lidia Mabel Viera, María Carlota Sempé La Plata: Ciudad y arquitectura, forma y simbolismo”, Tomás Oscar García, María Carlota Sempé Las figuras angélicas en la parafernalia funeraria de fines del siglo XIX y principios del siglo XX”, Antonia Rizzo, Mónica Elizabeth Fora Lo público y lo privado en el espacio funerario “, Carla Beatriz García y Tomás Oscar García Los estilos egipcíacos y su expresión funeraria”, María Carlota Sempé, Antonia Rizzo y Virginia Dubarbier Los monumentos del Cementerio Israelita de La Plata, Buenos Aires, Argentina. Un análisis desde la semiótica indicial”, Luis Noel Dulout “Patrimonio cultural en cementerios y rituales de la muerte (parte 1) (parte 2)”, Secretaría de Cultura de la ciudad de Buenos Aires Presencia masónica en el patrimonio cultural argentino”, Secretaría de Cultura de la ciudad de Buenos Aires



Otras entradas de interés:
* ¿Qué es la masonería?
* Los símbolos masónicos que desaparecieron de la Legislatura
* El ojo de la providencia
* Un nuevo símbolo: El pelícano
* Otro símbolo oculto: El árbol de la vida
* El símbolo oculto en el plano de la ciudad

22 de mayo de 2011

La "otra ciudad" diseñada por Benoit en La Plata

El plano de la ciudad de La Plata como bien saben, fue realizado por un grupo de ingenieros a cargo de Pedro Benoit, quien además es el responsable de edificios como la basílica San Ponciano, el actual Ministerio de Seguridad y la Catedral.

Otra de las obras de Benoit fue el cementerio, el cual diseñó utilizando muchos de los elementos en los que se basó para trazar la ciudad. Es por esto que se dice que Benoit trazó también la “ciudad de los muertos”, que forma un dualismo con la “ciudad de los vivos”.

Se estableció construirlo
con una sectorización jerárquica; en donde el sector delantero con bóvedas representa las formas de entierro de la clase social poderosa, mientras que detrás de ella están las sepulturas en tierra para clases de menor poder económico.

A continuación dejo una lista con algunas de las similitudes entre el trazado que se proyectó para el cementerio y el de la ciudad:
  • Hay una calle o eje principal arbolado que se inicia en el portón de acceso al cementerio sobre avenida 31; al igual que en La Plata existe el eje representado por la avenida 52, que comienza en el bosque (aunque en la mayor parte de la ciudad esta avenida no está presente).
  • La traza está cruzada por avenidas que pueden ser paralelas o perpendiculares a la principal. Entre estas avenidas hay calles secundarias.
  • Existen dos diagonales mayores que cortan este sector de bóvedas de punta a punta (igual que en La Plata con las diagonales 73 y 74). Otra similitud con las que se ven en la ciudad, es que corren en el mismo sentido: norte-sur y este-oeste.
  • También hay cuatro diagonales de menor longitud, que se unen formando un rombo (igual que en La Plata con las diagonales 75, 76, 77 y 78).
  • Donde se cruzan dos avenidas y dos diagonales hay una plaza o plazoleta arbolada.
  • Al haber tantas manzanas cortadas por diagonales, estas toman distintas formas, dimensiones y proporciones.
Ya que este tema es muy amplio, nada más escribí esto a modo de resumen para no hacerlo largo; pero si quieren informarse bien y conocer otros detalles más de las características del cementerio de La Plata, les adjunto este vínculo para que lean el informe “Lo público y lo privado en el espacio funerario”.


Fotos:
1. Sepulturas en tierra en el cementerio de La Plata.
2. Zona de bóvedas del cementerio.
3. Trazado del cementerio, proyectado por Benoit.

Fuentes:
“La Plata: Ciudad y arquitectura, forma y simbolismo”
“Lo público y lo privado en el espacio funerario”




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